Cuando inviertes en una prenda de piel genuina, no solo estás comprando estilo: estás adquiriendo un artículo que, con los cuidados correctos, puede acompañarte toda la vida.
La piel es un material noble, pero requiere atención. Aquí te dejamos una guía sencilla para mantener en excelente estado tus chamarras, bolsos y mochilas de piel.
1. Limpieza básica: menos es más
Olvídate de productos agresivos o químicos. Para una limpieza cotidiana:
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Usa un paño suave, ligeramente húmedo.
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Limpia con movimientos circulares para quitar polvo o suciedad superficial.
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Si hay una mancha, prueba con jabón neutro diluido en agua. Nunca uses alcohol, cloro o removedores.
Después de limpiar, siempre seca con un trapo seco y deja que la prenda respire en sombra.
2. Hidratación: clave para que no se cuartee
Así como tu piel necesita crema, la piel auténtica también requiere hidratación para conservar su flexibilidad y evitar que se reseque o se agriete.
Cada 2 a 3 meses, aplica un hidratante especial para piel natural (puede ser crema de cuero o cera natural).
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Aplícalo con un paño suave.
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Déjalo actuar unos minutos.
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Luego, pule con otro paño limpio hasta que recupere su brillo natural.
3. Almacenamiento correcto: sin bolsas plásticas, sin sol
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Guarda tus prendas de piel colgadas, preferentemente en perchas anchas para evitar marcas.
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Evita bolsas de plástico: usa fundas de tela que permitan que la piel respire.
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Manténlas alejadas de la luz solar directa y del calor excesivo, que pueden deformar o decolorar la piel.
Cuida tu prenda, prolonga su historia
Las prendas de piel genuina están hechas para durar. Pero como todo lo valioso, requieren cuidado. Con unos cuantos minutos de atención al mes, tu chamarra, bolso o mochila no solo se verá bien: ganará carácter con los años.